domingo, 14 de mayo de 2017

Evolución del consumo de energía por fuentes


Estamos ante un gráfico corocormático, que nos muestra la evolución del consumo de energía en España entre 1990 y 2012.
En España el consumo energético se ha incrementado considerablemente desde 1990 en el caso de las energías renovables, el gas, y la “electricidad”/ energía nuclear, ese crecimiento ha sido casi continuo.  Las causas han sido el crecimiento de la demanda industrial, y sobre todo, de los sectores del transporte por carretera; los hogares, que han incrementado sus dotaciones en electrodomésticos y climatización; y los servicios, que han aumentado su peso en la economía española.
En cambio desciende en el caso de los productos petrolíferos desde 2007 y del carbón y de los gases derivados del carbón casi de forma continua . Las causas han sido el crecimiento de la demanda industrial, y sobre todo, de los sectores del transporte por carretera; los hogares, que han incrementado sus dotaciones en electrodomésticos y climatización; y los servicios, que han aumentado su peso en la economía española.

  • En caso del  consumo de carbón, que durante la primera revolución industrial tuvo un papel hegemónico, se redujo considerablemente a partir de la década de 1960, en la que fue sustituido en gran parte por el petróleo. Sin embargo, la crisis del petróleo de 1975 impulsó de nuevo el consumo de carbón para reducir la dependencia del petróleo y desde entonces se mantiene bastante estabilizado. Este consumo se basa en el carbón nacional y en una creciente cantidad de carbón importado de países como Estados Unidos, la República Surafricana, Australia e Indonesia, que resulta más barato y menos contaminante. Su destino son las industrias siderúrgica y cementera y, sobre todo, la producción de electricidad en centrales térmicas.
  • El consumo de petróleo se incrementó a partir de la década de 1960 en que fue adoptado como fuente de energía principal por la industria y por el transporte debido a su bajo coste. La crisis de 1973 motivada por la espectacular subida de su precio no supuso un descenso en el consumo de petróleo hasta la primera mitad de la década de 1980, debido al incremento del consumo de carbón y de la electricidad producida en las centrales nucleares. Sin embargo, desde entonces el consumo de petróleo se recuperó hasta 2007, que como podemos observar en el gráfico su consumo comenzó a descender. El consumo se basa en su mayor parte en las importaciones procedentes de países africanos, como Nigeria, de Oriente Medio, de América Latina (México y Venezuela) y de Europa (Reino Unido y CEI). Su destino principal, a partir de la crisis, no es ya la producción de electricidad en centrales térmicas de fueloil, sino la obtención de derivados para el transporte y para la industria.
  • El consumo de gas natural se inició en 1969. Este ha tenido un crecimiento muy considerable a partir de la crisis del petróleo de 1973 debido a las ventajas que ofrece: alto poder calorífico, precio más bajo y menor contaminación, dado que carece casi de azufre. El consumo se basa también en gas importado del Golfo Pérsico (Omán, Qatar y Abu Dhabi), Argelia, Nigeria, Libia y Egipto y de Europa (Noruega y Portugal), ya que la producción nacional es insignificante. Su destino principal es la producción de electricidad en centrales térmicas convencionales o de ciclo combinado y mediante la cogeneración; el uso calorífico en la industria o en los hogares y la obtención de derivados en la industria petroquímica.
  • El consumo de energía nuclear se inició en 1969 y, creció rápidamente a partir de la crisis del petróleo de 1973 debido a la construcción de centrales nucleares. Sin embargo, desde que en 1984 se decretó la moratoria nuclear motivada por la oposición de la opinión pública a este tipo de producción energética, el consumo se mantiene estabilizado. Este se cubre con uranio importado de Níger tras el cierre en 2000 de las minas existentes en Saelices. El destino del uranio es fundamentalmente en la producción de electricidad, aunque tiene otras aplicaciones en medicina, en la conservación de alimentos y en la biotecnología.
  • El consumo de energías renovables tiene una participación muy reducida en el consumo energético español, debido a que su producción resulta más cara que la realizada con las fuentes de energía tradicionales, al estar menos avanzada tecnológicamente. El consumo de energía hidráulica se mantiene estabilizado, pues a partir de 1970 se paralizó prácticamente la construcción de nuevos embalses; además presenta fluctuaciones anuales en función de la mayor o menor hidraulicidad del año. Su destino es la producción de electricidad en las centrales hidroeléctricas. En cambio, como muestra el gráfico, el consumo de las demás fuentes de energía renovables tiende a incrementarse a partir de la crisis del petróleo, que impulsó la necesidad de mejorar el autoabastecimiento energético.En España a partir de 1999 se aprobó un Plan de Fomento de las Energías renovables, que sumado al Plan Energético Nacional (PEN).
De ellas, las más importantes por su aportación al consumo energético son la hidráulica, la eólica y la de biomasa. Su destino principal es proporcionar energía eléctrica, térmica o mecánica.
  • Las consecuencias de un consumo energético basado en fuentes de energía no renovables, que deben importarse en un elevado porcentaje, y que resultan muy contaminantes, son el agotamiento de los recursos; la dependencia externa en el abastecimiento, con el consiguiente incremento del precio y disminución de la competitividad económica; y un elevado impacto medioambiental, manifestado en la contaminación atmosférica, del suelo y de las aguas; la reducción de la biodiversidad y el riesgo de accidentes. Las actuaciones emprendidas frente a estos problemas son garantizar el abastecimiento mediante la diversificación de productores y de fuentes; ahorrar energía implantando diversas medidas para conseguir una mayor eficiencia energética; y reducir el impacto medioambiental, disminuyendo las distintas formas de contaminación y fomentando el consumo a partir de fuentes de energía renovables.


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